Situado sobre uno de los principales enclaves marítimos del planeta y a escasa distancia de las costas españolas, Marruecos ha sido tradicionalmente un punto de encuentro entre el continente europeo y africano. Su doble fachada atlántica y mediterránea, unos históricos lazos con Francia y España, y la reciente obtención del “Estatuto Avanzado” con la Unión Europea, confieren al Reino Alauí un papel destacado en el seno del proceso de la Unión del Mediterráneo.
Goza de un crecimiento continuo que ha oscilado en torno al 3% durante los últimos ocho años. Según afirma el primer ministro Abbas El Fassi, “la eficacia de las grandes obras y reformas llevadas a cabo en materia de desarrollo económico y social, ha conferido al tejido productivo nacional la capacidad de hacer frente a las dificultades inducidas por la coyuntura económica global”.
Estas grandes obras de infraestructura responden a la voluntad de erigir a Marruecos como una importante plataforma para las inversiones y exportaciones. Con este objetivo, en 2002 se crearon los Centros Regionales de Inversión. “Los CRI son una ventanilla única cuya función es asistir y acompañar a los empresarios a realizar sus proyectos en las mejores condiciones”, explica Jelloul Samsseme, director del CRI Tánger-Tetuán.
La Ley de Finanzas 2009 apuesta por dar impulso a los sectores más prometedores y estratégicos para el país. La Agencia Nacional para la Reglamentación de las Telecomunicaciones apareció, liderada por el Director General, Azdine El Mountassir Billah, con la misión de difundir el uso de las nuevas tecnologías y garantizar una competencia justa entre sus operadores.
Poste Maroc es una compañía internacional de servicios de correo y mensajería, así como una Banca Postal. “Nuestro objetivo es incrementar la tasa de bancarización del país, ya que nuestra red está presente en todas las partes del territorio”, manifiesta Anass Alami, el Director General.
Entre las prioridades del gobierno destacan también la educación y la formación. La Universidad Hassan II, con cerca de 2.500 estu- diantes, ha firmado varios acuerdos con universidades españolas. “El mejor medio para luchar contra la fuga de cerebros consiste en reunir las condiciones de mayor satisfacción para el investigador, el profesor o el directivo, que no sienta una gran diferencia entre estar en Casablanca, Madrid, Tánger o Barcelona”, afirma el presidente Mohammed Barkaoui.
Hay más de mil empresas españolas instaladas en el país vecino, hacia el que nuestras exportaciones aumentaron un 18% el pasado año. El embajador de España en Marruecos, Luis Planas Puchades, resume así las relaciones actuales: “hemos sido capaces en el marco de una asociación estratégica, de identificar los intereses comunes que unen a nuestros países, como cabezas de puente entre Europa y África”.